La dicotomía de empezar de nuevo o inmutarse en el tiempo que pasa ajeno a las decisiones que intente tomar.
El debate absurdo de desear volver a un tiempo de la infancia en el que había alguien ahí cuidándome o aceptar el rol que fui tejiendo en un camino que no siempre supe que elegía.
Y me sigo viendo ir al bosque una vez por semana desde hace mes y medio a ver los Ginkos para encontrar el amarillo flúo con mi cámara aunque se muy bien que faltan semanas para ese evento.
Pero algo en mi todavía cree que todo puede ser distinto alguna vez aunque en ese intento -y en otros más complejos- me llene de frustración que las hojas sigan todavía tan verdes en un otoño en el que ya el amarillo se está amarronando. Y también me indigna un poco verlos ahí sin mutar de color mientras todos los demás árboles dieron su espectáculo al unísono.