lunes, 17 de febrero de 2014

Hoy empiezo ...

Y sí, un día la tierra bajo la alfombra se vuelve inocultable. Los recursos se agotan y las viejas cuentas pendientes pasan la factura.

Meses mirando hacia otro lado hasta que el lugar de la evasión se cubre de espejos que multiplican detalladamente las imperfecciones ignoradas.


Llega ese día en el que hay que tomar los verdaderos riesgos que implican una decisión para hacerse cargo del rumbo de la vida más allá de lo que el viento diga. 

Plantar bandera, irse al mazo y barajar de nuevo: quizás el último comodín no fue suficiente. Ustedes hagan sus apuestas, a mi táchenme la doble.