martes, 6 de marzo de 2012

Elipsis en plural


La bisagra es el abismo. El salto al vacío como un túnel fuera del tiempo. Fotos por doquier. Instantes como electroshocks en los que puedo ver cada sinapsis con claridad, despertar y dormir, soñar y despertar. Andar, correr, dormir y soñar.
Si el tiempo del mundo corre como es posible que las vivencias se recreen como presentes? Las dimensiones que aprendí en la escuela no explican las situaciones por las que va la mente.
Ese empeño por registrarlo todo, cada cuadrado una historia que vuelve a ser cada vez que yo quiera o el aire así lo decrete. Si puedo vivir mi pasado y alguien ver mi futuro es claro que es posible que ese mañana también sea ahora. Ese túnel es una elipsis en el cuento de mi vida: tiempo muerto que la humanidad no considera dato anecdótico digno de ser registrado. Sólo minutos, así se cuenta también el vacío. La nada como tiempo perdido.
Estas líneas pura “filosofía de feria”. Ya está todo escrito según la ley de probabilidades.. elige tu propia aventura. Lo invariable, el álbum de fotos familiar donde no va a faltar: tu bautismo, tus berrinches, el primer día de clases, la primera comunión, los 15, el egreso, las velas de cada torta de cumpleaños, vos y el mar, vos y la montaña, vos y las cataratas, si tenés suerte vos y la Torre Eiffel. Las mano cortando la torta de bodas, la luna de miel en el caribe y ante los signos de vejez los registros fotográficos decrecen en número. La elipsis se apodera de tu historia. ¿Por qué? ¿Es más feliz recordar la juventud que aceptar la vejez? Otra vez vivir el pasado como el hoy.
 El futuro vale más por el recuerdo que supone que por el presente que podamos transitar.
Los fotógrafos reyes de la elipsis. La paradoja del metadiscurso del fotógrafo retratado fotografiando los momentos de otros. Y ahí también se hace inmortal. Aunque en el momento de la toma casi todos puedan verlo e incluso apunten sus vistas hacia él como protagonista del instante, en el recuerdo material quedará invisibilizado: todos menos él va a estar en la foto, él como una huella de arena seca.
Con nuestros ojos mostramos pedazos de mundos escondiéndonos en una expresión metafórica. Ahí en nuestras fotos en las que no aparecemos está la historia, la otra, que no se ve.