Las rutas terrestres cumplieron su ciclo. Nuevos caminos aéreos abren la etapa del cambio.Flotando, viajando en el tiempo y el espacio. De capital a capital ´across the' cordillera.
La insignificancia de todo nuestro mundo pude al fin verla como el cosmos la identifica: ondas magnéticas, energía pura.
De repente a mil y tantos km de mi ciudad di con un castillo de cuentos de antaño con torres, pasillos y balcones en la cima de un cerro desde donde se divisaba toda la ciudad de Viña del Mar.
Ese atardecer, quizás de los más bonitos y anaranjados que haya podido ver hasta hoy.
Cada ser humano en ese lugar tuvo algo qué dejar. Todos se habían despojado. Primero creí que de materialidad, después supe que del miedo. El despojo era mi cuestión, la nuestra. Lanzarse a ese sueño de fotos y pasaportes.
Ese reencuentro con ella no fue casual. Cada momento anterior tuvo que ser una digitación del más allá.
Y ahi estuvimos como en ese año juntas en la rutina, en el cotidiano y en lo sobrenatural: en la extraña similitud de dos personas que más alla de las geografías se interpretan. En las risas y otros mates con teorías conspirativas de la comunicación. Ahí ahora escuchamos las mismas palabras y pensamos las mismas cosas, las miradas fueron suficientes. El viento violento del pacífico cambió la brújula que mirábamos.
La pregunta es: y ahora qué?