viernes, 20 de enero de 2012

Metáfora

De repente encontré mis viejos zapatos. Algún día los había olvidado debajo de la cama. No voy a mentir, cada tanto los divisaba entre alguna pelusa, sin embargo prefería ignorarlos aunque los amara y me fueran tan cómodamente lucibles. Aspiré la tierra que los cubría. El paso del tiempo se notaba en su superficie, más seguían siendo ellos. Me esforcé por volver a calzarlos en estos pies tan diferentes. Recordé los caminos por los que me habían llevado, las felicidades que había rebalsado y así también había elegido patear. Al volver a usarlos sentí incomodidad inmediata, caminé dos pasos molestos y los alejé de mi en un arrebato iracundo. Volví la vista hacia un sonido extraño, reanudé el intento de llevarlos para que me lleven y salí al mundo otra vez.