Como todo lo que empieza a pasar… será el optimismo, la
irracionalidad, el instinto mental de supervivencia, la pulsión de muerte o la
ingenuidad lo que operó esa tarde-noche-madrugada para nunca imaginar que las
cosas iban a ser como resultaron al final.
Una calle tapada de agua. Dos calles tapadas de agua. Un barrio tapado
de agua. Dos o tres barrios tapados de agua. Una corriente, fuerte. El agua al
pecho. Un cadáver. El agua a la cintura. Un poco de frío. Un par de horas. Media
docena de horas. La mitad de un día bajo el agua.
La sorpresa, la risa de lo absurdo. El miedo, la desesperación. El terror.
La solidaridad. La miseria humana. El egoísmo. La contención. La desolación.
El agua barrió con casi todo. A su paso también le quitó el velo al
aparentar y quedó el ser al desnudo. Arrasó con el quedar y dejó el estar..o no
estar.
Cuando el barco se hunde, dicen que las primeras en huir son las
ratas. Y cuándo la ciudad se hunde? También. Disfrazadas de amigos, vecinos,
colegas, funcionarios, profesionales, comerciantes disfrazados de cualquier
cosa con un traje que destiñe al primer lavado –o inundación-.
La nobleza se magnifica. La despreocupación duele más. Dimensión. Dimensionar.
Esas son las palabras inabarcables.
Después, cerrar los ojos y transportarse en el tiempo hacia un momento
pasado en un contexto que simula ser idéntico al actual. Pero un momento en el
que todo se sucedía de otra forma. Las caras eran otras, las esperanzas quizás
también. Los arribos eran muy diferentes así como las sonrisas.
Hacerme espacio en este presente es algo complicado. Se siente como
volver a usar ese vestido de antaño al que este cuerpo tan distinto ya no está
acostumbrado.
Estos días como un limbo. Como una bisagra. Un término medio. Una transición.
Material? Espiritual? No lo sé, costosa pero feliz.
Y ahí está el agua como metáfora irónica. Sin contención. Dónde se
contiene lo que siempre contiene otra cosa? Aprender a desbordarse a tiempo
para no vibrar en la catástrofe. Esa es mi lección.
Hoy ya nada es como ayer. El augurio es que mañana una estabilidad
romperá con estos titubeos.