Los quiebres producidos por la confrontación de realidades y rutinas visuales resultan terribles.
Volví de las sierras con ganas de partir mi vida desde ayer. De repente me enfrenté con una vida que dudo me lleve a la felicidad que pretendo. La institucionalización burocrática poseyó mi cuerpo y mi espíritu. Soy tan libre que me siento atada a mí misma y a una repetición cíclica de la sucesión de los días que me agobia cuando soy conciente de que hay más allá de eso. Ya no me da miedo lanzarme al incierto, es más, me genera una adrenalina inquietante que parece empujarme cuál fuerza centrífuga.
Esto que llevo ahora es una arista más del sistema, algo funcional. Uno piensa en hoy y sabe que en 25 años va a estar haciendo lo mismo si es que cae un día hábil.
Que terrible!
Donde queda la producción en esa mera reproducción maquillada con aguinaldos.
Parafraseando a Dido, “Im sure that i belong to some other place”, y allá iré .. algún día.