Ultimamente he pensado demasiado en ella. Me pregunté acerca de este presente en sus ojos. En realidad como si mi sueño recurrente se volviera verdad, en sí, como si ella de repente regresara de un incierto que jamás entendí.Porque de otra manera no sería quien soy, ni estaría donde estoy. Pero acá, hoy, en frente, mano a mano en un momento ¿Qué sería? Será que desde su muerte no encontré el camino, el mío. En esa búsqueda de ella, de mi, construí lo que hago. No me parecería insólito que apareciera un día en el patio; ya lo he vivido en mis sueños; es más, lo deseo. No le preguntaría nada, ya aprendí a perfeccionar ese día. Disfrutaría sin cuestiones, no perdería el tiempo intentando entender. Eso también me lo dio su ausencia. Me cansé del dolor de extrañarla. Pero hago todo pensando en su juicio. Quiero más, siempre más, para demostrarle que puedo .. que puedo con todo excepto con mi corazón.
¿Y qué busco? ¿Una madre? No, está lleno de madres. Es ella, su olor, sus manías, su voz, sus sonrisas, sus miradas, sus palabras ... el amor inagotable que tenía para ofrecerme.Y viví extrañándola mientras ella vivió. Nunca fue del todo mía. Me la arrebataban. Mi padre, los médicos, mi hermano, su enfermedad .. es la historia de la imposibilidad del amor. Cuando al fin la tuve, me la arrebató la muerte. Y ahí caí en ese bosque del que ella me hablaba muchas noches cuando tenía miedo. Sola, vagando. Habría animales, dijo.. unos buenos, otros no tanto. Y tenía que cruzarlo sola, hasta el arroyo, al que llegaría cuando fuera el momento de probar mi valor. Debería cruzarlo, pero antes armar un bote, sola.. y remar.. sola.Con el tiempo entendí que nunca fue tal bosque, sino una jungla, ese arroyo era un océano.Debí construir un yate por poco, sola. Y ahí estoy, en medio de la nada, del todo de agua. Pensando en volver o seguir. Queriendo más teletransportarme a Mercurio donde ella está que seguir, así, imperfecta, desorientada en ocasiones, excéntrica, rara, diferente y fantasiosa.Acá estoy, sí, en esa disyuntiva de volver o seguir.Preguntándome si acaso la causalidad alguna vez fue tan inexacta como la casualidad quiere hacer creer.Las conspiraciones del tiempo me desvelan.A veces alucino que vivo infinitamente un mismo día atravesando todas y cada una de las millones de posibilidades de tomar otras decisiones a cada minuto. He pasado noches calculando la cantidad de probabilidades posibles, los minutos en los que pude haber tomado otro camino. Pensando qué hubiera sido de la vida de haber elegido otro camino. Qué me habré perdido??? Quisiera ser omnisciente.En tanto, la teoría de la relatividad me enseñó como pintarme las uñas más perfectamente. Resulta que cuantos más cuerpos intervienen en una acción, las fuerzas relativas de la supuesta "absoluta" conspiran para mantenerlo todo inexactamente perfecto. Uno cree que si apoya el dedo de la uña a embellecer sobre una superficie plana y luego con dos dedos pasa el pincel sobre esa uña, existen más posibilidades de lograr una perfección que de otra manera. ERROR. La superficie lisa tiene una fuerza dada por el espacio, la fuerza de todo cuerpo potenciada por sus propiedades de peso y masa, la mano a pintar la tiene también y entra en conflicto con esa superficie lisa, el pincel lo mismo y los dedos que sostienen ese pincel, también. Einstein lo explica con cuerpos y objetos más desarrollados. Imagínense la cadena de fuerzas relativas que chocan a cada momento cuando creemos que con más y más existen mejores resultados!! Ufff, si Marx lo hubiera entendido podría haber explicado más fisicamente la imperfección del sistema capitalista!¡Qué banalidad!, pensarán algunos. Qué metáfora más pertinente, refutaría a eso..
imagen: Led Zeppelin. "Stairway to heaven"