domingo, 9 de noviembre de 2008

Emociones !

Las emociones cada tanto resultan irreprimibles, imposible de maquillar, extremistas y definitivamente inestables.
El caudal de recuerdos rebalsa a diario con mínimos estímulos sensitivos: una imagen, un sonido, una palabra, un aroma, un escalofrío o un sabor.De la sonrisa al llanto, del llanto a la ira, de la ira a la nada, de la nada a la euforia.
¿Cómo contenerlos? ¿Cómo compartirlos? Cuál es la forma de describir al otro los miles de estremecimientos que padece el cuerpo con cada sensación…
Quizás la pregunta más recurrente sea aquella que amalgama la biología orgánica con eso que se dice sentimiento. ¿Cómo es posible que una palabra o la contemplación de una escena culmine en la explosión del lagrimal, en la aceleración del miocardio, en el temblor de las extremidades, el movimiento de un músculo facial, un cosquilleo estomacal…
¿De qué se trata esto de las construcciones emocionales?
Será que se una especie de entrenamiento cerebral? Para cada instante un desenlace. Algo mecánico, una arista más de la inercia que mueve al ser humano. Y cada subjetividad las manifiesta originalmente.
Las intensidades y los extremos suelen debatirse a duelo eterno en un interior.
Para qué empeñarse en seguir agregando palabrerío barato a algo que fluye ajeno a su reflexión… como si lo modificara, lo frenara, lo suspendiera en el tiempo, lo lograse describir con un mínimo grado de exactitud, explicar, aplacar…
Este domingo dio un giro en un segundo. Una melodía irrumpió en la rutina y desató un recuerdo que provocó una lágrima que remitió a otras anteriores que eran antecedidas por otro suceso que fue alegre y hoy su inmortalización en mi mente me llena de melancolías. Sensaciones que están congeladas: visibles pero imposibles de recrear… mañana será otro recuerdo… pensaré en este día cuando encuentre este papel y reviva esta escritura cerrando cada tanto los ojos esforzándome por hurgar en la memoria la cadena de hechos que lo engendraron para que mis manos lo plasmen inútilmente, o con el mero fin de certificar su existencia.