ES NECESARIO PARAR UN INSTANTE. ESTANCARLO TODO, MIRAR COMO DESDE AFUERA. FRENAR EL MUNDO Y DESPRENDERSE DEL CUERPO PARA VER CÓMO SE DESARROLLAN LAS COSAS.
Ayer caí en la cuenta de que mañana se cumplen cuatro años de un hecho que lejos de modificar mi vida, sólo es un recuerdo. Pero me sirve de parámetro. Desde ese momento nada cambió tanto como mis proyectos mentales alucinaban. No hay un título en la pared de los logros familiares. No hay llamdos al "gordo", ni de él hacia mi. No conseguí aún aquél viaje añorado. No publiqué ese libro que intenté mandar a editar hace años. No bajé los kilos que me propuse muchas veces. No pude conservar la estridencia en mi pelo. No dejé de ser un impulso caminante, pese que me lo propuse. No dejé de reirme cuando los nervios me invaden. Nada, siento que nada. Hoy paré, miré atrás y volví. Los contextos cambiaron, pero esos deseos que parecían tan fáciles de cumplir con tan sólo voluntad han quedado postergados. Mañana, siempre va a ser mañana. Mañana nunca llega decían por ahí. Yo pensaba: mañana es el hoy de ayer.
No hay mucha literatura en este posteo. Por primera vez me dirijo así, como si se lo estuviera contando a una amiga. Como tantas reflexiones existenciales que comparto con esas personas que son testigo de mi vida. No me importa, mañana podré borrarlo.. o no.