sábado, 19 de abril de 2008

Sin esencia



Ocho meses atrás aborrecía las fechas futbolísticas, las salas de cine y las flores cortadas.



Ese domingo cayó en la cuenta de que esas abstenciones eran su realidad con él: partidos por la tarde, romanticismo en el cine y un vendeflores callejero entregándole su delito a cambio de dos pesos.