jueves, 24 de abril de 2008

Araucaria Araucana



Es infrecuente ver una araucaria que naturalmente haya elegido estar sola. A menudo, estos ejemplares crecen en parejas.

La hembra suele ser más vistosa, su longitud se amplía muy lentamente.

Esta especie autóctona del sur argentino y chileno es quizás una de las únicas que se reproducen sin ayuda externa. Al vivir en dúos, su proximidad afectiva con la colaboración del viento multiplica su existencia.

Las semillas que desprenden son el alimento de muchos nativos de la zona en la que habitan.

Son árboles fuertes, despilfarrantes de presencia.

Una linda historia de amor y vida que verdaderamente me remite a la fidelidad de los pinüinos: animales -casualmente- de nuestras costas sureñas.